Message From Fr. Rick: Interior Change
The story of Our Lady of Guadalupe is by far one of the most compelling in the history of Christendom. Many Roman Catholics throughout the world acknowledge and honor the events that led to her apparition and the changes it brought to the indigenous people of the land we call Mexico today. Our Church prominently displays a mosaic of Our Lady of Guadalupe located at the front entrance. Each Advent Season on December 12, we celebrate her feast day with vigils, reenactments of Juan Diego’s experiences, mariachis, and Masses. These events embody the faithfulness of so many Catholics in Mexico and throughout the Americas.
Recent discussions on her prominence among members of St. Lucy Parish has led to a decision regarding the interior change we intend to make in the Church. Fr. Jon and members of the Comité Hispano are consulting with artists to create an appropriate space in the Church where the faithful can pray before the image of Our Lady of Guadalupe and seek her intercession. Currently, a statue of her and Juan Diego stands next to the tabernacle. However, this placement is inappropriate, as the tabernacle must remain free of other images to uphold the centrality of the Blessed Sacrament.
Accordingly, the confessional on the north wall is the appropriate space. Presently, the three stalls are used for storage. The confessional was abandoned for its intended use some years ago, consequently this space is ideal for a shrine in honor of Our Lady of Guadalupe. Moreover, in the recent past, parish leaders from the Spanish-speaking community spoke with Fr. Mark Arnzen about creating a shrine for Our Lady of Guadalupe inside the Church. We are now realizing the fruits of their discussions.
The Church’s documents on liturgy, art, and environment support the placement of sacred images like the Virgin Mary in spaces that are set apart from primary liturgical functions. A shrine or side altar fosters personal devotion without overshadowing the altar of sacrifice or the tabernacle. In communities where Marian devotion holds special cultural significance, such as Our Lady of Guadalupe in Mexican Catholicism, a more prominent placement is appropriate, while still respecting the primary focus of the liturgy.
In her apparition to Juan Diego, the Virgin of Guadalupe spoke in the native tongue of the people, demonstrating that God’s love transcends language, race, and borders. Similarly, her image in our church reminds us that we are called to build a welcoming and inclusive community where all are seen, heard, and valued. Her presence affirms the dignity and worth of those who may have felt excluded. May this plan for interior change in the Church be the catalyst for a deeper faith in God.
Mensaje del Padre Rick: Un cambio interior
La historia de Nuestra Señora de Guadalupe es, sin duda, una de las más fascinantes de la historia cristiana. Muchos católicos de todo el mundo reconocen y honran los acontecimientos que llevaron a su aparición y los cambios que trajo consigo a los pueblos indígenas de la tierra que hoy llamamos México. Nuestra Iglesia exhibe de forma destacada un mosaico de Nuestra Señora de Guadalupe situado en la entrada principal. Cada temporada de Adviento, el 12 de diciembre, celebramos su fiesta con vigilias, recreaciones de las experiencias de Juan Diego, mariachis y misas. Estos eventos encarnan la fidelidad de tantos católicos en México y en todo el continente americano.
Recientes discusiones sobre su prominencia entre los miembros de la parroquia de Santa Lucía han llevado a una decisión sobre el cambio interior que pretendemos hacer en la Iglesia. El padre Jon y los miembros del Comité Hispano están consultando con artistas para crear un espacio apropiado en la Iglesia donde los fieles puedan rezar ante la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe y buscar su intercesión. Actualmente, una estatua de ella y Juan Diego se encuentra junto al tabernáculo. Sin embargo, esta ubicación no es apropiada, ya que el tabernáculo debe permanecer libre de otras imágenes para mantener la centralidad del Santísimo Sacramento.
En consecuencia, el confesionario en la pared norte es el espacio apropiado. Actualmente, estos se utilizan para almacenamiento. El confesionario fue abandonado hace algunos años, por lo que este espacio es ideal para un santuario en honor a Nuestra Señora de Guadalupe. Además, los líderes parroquiales de la comunidad hispana hablaron con el padre Mark Arnzen sobre la creación de un santuario para Nuestra Señora de Guadalupe dentro de la Iglesia. Ahora estamos viendo los frutos de sus discusiones.
Los documentos de la Iglesia sobre liturgia, arte y medio ambiente apoyan la colocación de imágenes sagradas como la Virgen María en espacios que están apartados de las funciones litúrgicas primarias. Un santuario o altar lateral fomenta la devoción personal sin eclipsar el altar del sacrificio o el tabernáculo, respetando al mismo tiempo el enfoque principal de la liturgia.
En su aparición a Juan Diego, la Virgen de Guadalupe habló en la lengua nativa del pueblo, demostrando que el amor de Dios trasciende el idioma, la raza y las fronteras. De manera similar, su imagen en nuestra iglesia nos recuerda que estamos llamados a construir una comunidad acogedora e inclusiva donde todos sean vistos, escuchados y valorados. Su presencia afirma la dignidad y el valor de quienes pueden haberse sentido excluidos. Que este plan de cambio interior en la Iglesia sea el catalizador de una fe más profunda en Dios.